En todos los aspectos de la vida hay un ángel esperando para ayudarnos, ellos solo necesitan nuestro permiso para convertirse en los mejores amigos. Estos son los consejos de los seres de luz para el nuevo año.
Los ángeles son seres celestiales, llenos de amor, que están dispuestos a acompañarnos y a guiarnos en los diferentes procesos de nuestra vida. Son mensajeros de Dios. Solo ven nuestra divinidad y no juzgan nuestras acciones. Son conscientes de que estamos viviendo y creciendo en cada instante de nuestra vida. Saben que no nos equivocamos, sino que vivimos situaciones con el único fin de crecer. Si les pedimos a los ángeles que nos acompañen en este crecimiento, nos entregarán amor, paz, tranquilidad y fluidez.
Existen ángeles del amor, de la salud, de la protección, de la felicidad, de la abundancia, del estudio, entre otros. Están los ángeles de la guarda, seres celestiales que están con nosotros desde que venimos a la Tierra hasta nuestra partida. La mayoría tenemos dos que nos ayudan a cumplir nuestra misión de vida y a alcanzar la plenitud.
Dentro de la realeza angelical están los arcángeles, que son los jefes de todos los ángeles. Conocemos a quince de ellos, cada uno con una fortaleza específica, que están a nuestra disposición cuando los necesitamos. Los ángeles y los arcángeles solo necesitan de nuestro permiso para tener un rol activo entre nosotros, ya que la ley del libre albedrío no les permite involucrarse en nuestras vidas sin autorización. Ellos solo pueden intervenir, sin que lo solicitemos, en caso de que estemos corriendo peligro de muerte y no sea nuestro momento de partir.
Así se comunican los ángeles
Los ángeles se comunican con nosotros a través de diversas formas, la más común es lo que conocemos como el sexto sentido o ese algo que nos dice por dentro qué hacer, cómo actuar.
El primer canal de comunicación es la clarividencia, facultad que nos permite recibir mensajes guías por medio de visiones, en su mayoría internas o de sueños. Las personas que tienen este canal abierto pueden ver luces de colores cuando cierran los ojos, les molesta el flash de las cámaras y el brillo de las luces. Muchos lo tenemos abierto en el momento de nacer, nos permitía ver a nuestros amigos imaginarios. Sin embargo, a medida que vamos creciendo y nos enseñan que solo es real lo que podemos ver con nuestros sentidos físicos, lo cerramos.
El segundo canal, el clarisentimiento, nos permite percibir mensajes a través de cambios físicos y emocionales, de temperatura, “piel de gallina”, tensión, mariposas en el estómago. Las personas son muy sensibles a las energías de los lugares y de las personas, además son alérgicas a los químicos o elementos poco naturales.
El tercer canal, el clariconocimiento, posibilita la recepción de los mensajes angelicales sin ninguna explicación racional, a través de los pensamientos. Quienes tienen este canal conocen la solución a los problemas, dicen y escriben palabras sin entender cuándo las aprendieron. Son intelectuales, estrategas y analíticas.
El cuarto canal es la clariaudiencia por medio de la cual recibimos la guía divina a través de una voz interna o externa. Las personas sienten a veces zumbidos en los oídos, que no tienen explicación física, y son muy sensibles al volumen de los sonidos. Buscan espacios silenciosos.
Todos nacemos con los cuatro canales, sin embargo, algunos pueden estar más abiertos que otros. Los ángeles nos ayudan a potencializarlos o a graduarlos. No es conveniente apagarlos por completo porque es a través de ellos que los ángeles nos guían y protegen.
Todos nacemos con los cuatro canales, sin embargo, algunos pueden estar más abiertos que otros. Los ángeles nos ayudan a potencializarlos o a graduarlos. No es conveniente apagarlos por completo porque es a través de ellos que los ángeles nos guían y protegen.
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