Los ángeles son amor en movimiento. Nunca descansan, están disponibles todo el tiempo para ayudarnos en nuestro camino. Su apoyo es ilimitado y amoroso. Lo único que tenemos que hacer es pedir, agradecer y esperar confiados.
Los seres humanos fuimos creados con libre albedrio; lo que significa que los ángeles no pueden intervenir y asistirnos sino solicitamos su ayuda. De manera que necesitan nuestro permiso permanente para orientarnos en todas las áreas de nuestra vida.
Aparte de pedir y autorizar su guía debemos involucrarlos en las actividades y decisiones a lo largo del día. No importa de qué manera se haga, ya sea hablándoles, escribiéndoles o pensando en ellos. Siempre escuchan y responden. Sus respuestas se sienten en el corazón y en los pensamientos.
Estos seres de luz desean comunicarse con nosotros y nos ponen señales advirtiéndonos el camino a seguir. En innumerables ocasiones las ignoramos o simplemente no las entendemos. Cuando se está empezando a establecer contacto con los ángeles, la ansiedad y del deseo de que suceda algo extraordinario puede bloquear la conexión. Por tal razón les podemos pedir que nos envíen “pistas” para confirmar la validez de sus mensajes. Igualmente solicitarles información adicional.
Algunas de las señales angelicales más comunes son: plumas, monedas, cristales, mensajes repetitivos, cambios de temperatura o presión en el cuerpo o en el ambiente, sensación de euforia o alegría repentinas, colores, música, olores, secuencias de números, luces de ángeles, sueños, formas en las nubes, esferas en las fotos, entre otros.
A continuación explicare brevemente algunas de estas señales:
Objetos:
Encontrar plumas, monedas o cristales en lugares insospechados es considerado como recordatorios de visita del mundo angélico.
Olores:
Se puede sentir por ejemplo esencias de flores cuando no las hay cerca.
Música:
Escuchar constantemente la misma canción es señal de que se debe prestar atención al mensaje que transmite. La respuesta que buscamos puede estar en la letra. Igual sucede con las melodías de las canciones que se repiten constantemente en nuestra mente o que tarareamos sin darnos cuenta.
Nubes:
Muchas personas reportan haber visto nubes que momentáneamente toman formas de ángeles o de plumas.
Letreros:
o avisos que contienen las palabras “ángel”, “ángeles” o nombres de arcángeles como “Miguel”, “Rafael” o “Gabriel” entre otros.
Luces de ángeles:
Destellos o chispitas. Algunas personas al notarlos piensan que su visión está fallando. Los destellos son la fricción que origina el desplazamiento de los ángeles en el tiempo y el espacio. Las chispas son las auras de los seres de luz. Pueden ser blancas o de colores. Las blancas son las auras de los ángeles de la guarda. Las de colores son las de los arcángeles y maestros ascendidos.
Mensajes Repetitivos:
Los mensajes angelicales pueden ser percibidos a través de cualquiera de nuestros sentidos. Dios y los ángeles nos hablan en nuestro mismo lenguaje con mensajes que se repiten por lo menos tres veces. Su guía es siempre amorosa, motivadora y positiva. Por lo general nos entregan sus mensajes a través de sentimientos, pensamientos, visiones y palabras.
Esferas en fotos:
Son como globos de luz blanca que aparecen en las fotografías ya reveladas y hasta en las mismas cámaras digitales.
Secuencias de números:
En el libro “Números Angelicales, Doreen Virtue y Lynnette Brown dicen que las secuencias de números son una de las señales favoritas que usan los ángeles y se refieren a los números que vemos repetidamente en las placas de los carros, teléfonos, relojes, fechas importantes, direcciones, etc.
Pídeles además a los ángeles que te ayuden a interpretarlas para encontrar el camino a la felicidad, la tranquilidad, la paz interior, el amor incondicional y la conexión con tu divinidad.